CAYÓ UNASUR, FALTA CELAC
Por Antero Flores-Araoz*
El Presidente de la República tomó la decisión de denunciar el “Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Sudamericanas”, también llamado UNASUR, de lo cual acaba de dar cuenta al Parlamento Nacional.
Es destacable la decisión peruana, lo que habíamos reclamado en columna del 05 de mayo de 2018 Diario Uno y, el hecho de la denuncia en cuestión, que no es otra cosa que apartarnos del Tratado, al cual nos habíamos incorporado voluntariamente, aunque seducidos por los países de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).
Si bien la decisión de retirarnos de UNASUR la estimamos correcta, creemos que es insuficiente y que aún falta apartarnos de la “Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños”, la que también se conoce como “CELAC”, siendo pertinente señalar que ambos organismos de derecho internacional público, en la práctica han debilitado a la Organización de Estados Americanos (OEA).
Es bueno recordar que la OEA se constituyó en Bogotá, en el año 1948, teniendo como precedente la Unión Panamericana y, está integrada por todos los países de nuestro continente, desde los del norte, como son Canadá y los Estados Unidos de América, además de México; los de Centro América y el Caribe; continuando con los países de América del Sur. La OEA cuenta también con diversos organismos que, si bien tienen autonomía, pertenecen a la Organización, como por ejemplo el Sistema Interamericano de Derechos Humanos con la Comisión y la Corte del mismo nombre.
Mal que bien, con sus duras y sus maduras, la OEA ha funcionado y, en lo que respecta al Perú, nos ha asistido con misiones electorales y, con sus vínculos con la Oficina Panamericana de la Salud, nos ha prestado valiosos servicios y cooperación en lo que es su especialidad. Pero también debemos recordar que la OEA nos otorgó facilidades para la transacción política en su Asamblea de Nassau la que derivó en la convocatoria al Congreso Constituyente de 1992, después del autogolpe del 05 de abril de dicho año. Lo señalado sin olvidar que, para la transición gubernamental después de la vacancia de Alberto Fujimori y la asunción de Valentín Paniagua, así como para la convocatoria a nuevas elecciones presidenciales y congresales, la OEA cumplió un papel invalorable, con el resultado de haberse llevado la transición con respeto a la ciudadanía y en un clima de tranquilidad.
En mayo de 2008 y en febrero de 2010, fueron constituidas UNASUR y CELAC, con similares propósitos, pero con distintos integrantes. Mientras que la primera se circunscribía a los países sudamericanos, la segunda la integraban todos los países del continente a excepción de Canadá y Estados Unidos de América, que con criterio chauvinista fueron excluidos.
En los años de existencia de UNASUR y CELAC muy poco se puede mostrar como positivo, por lo que nos ratificamos en el acierto gubernamental de retirarnos de UNASUR, aunque esperamos que pronto también nos retiremos de CELAC, manteniendo a la añeja OEA en que hay que hacer cambios en su Sistema Interamericano de DD.HH.
*Prestigioso Abogado y político peruano. Ex ministro del interior, Ex Senador, Ex congresista, fundador del partido político ORDEN
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