“18F”…Y EL CIELO LLORO…
Por Lucho Martinez Tecco*
Llevaba semanas sin ir al centro de Mar del Plata. Como dice mi amigo José Antonio Fernández Quintela, “uno se encueva”, Debe ser por eso que no me visita y lo comprendo.
La cuestión es que, gestiones impostergables me llevaron a la esquina de Independencia y Luro. Y ahí, en la cola del Banco aun por abrir, la primer “Aneda” del día: Una joven señora, con cara, color, tono de voz y delicado lenguaje del “interior profundo” me pregunta
“Señor…si Ud. Es de acá, ¿me puede decir donde se hacen en Mar del Plata las marchas?…”
Eran apenas las nueve menos un piquito. Se refería, claro, a la del “18F” , Le indique lo más seguro: Ahí nomás, a pocas cuadras, el Monumento a San Martin, la Plaza, la Municipalidad. Dijo “gracias” y se zambulló en un cajero automático.
¿Turista? Tal vez. Pero lo más probable, mano de obra “importada” morena y en negro (faltaba más) de algún restorán, café o parecido de esta Mar del Plata, sacando algunos pesitos del ultimo jornal del verano que, para ella, ya termino. Como termino también para la “naranja mecánica” que levanto campamento de la Bristol , Playa de los Ingleses (soy un antiguo) y las carpas del mismísimo Museo del Mar. Que por ahora se queda.
Cumplidos los tramites, pase por lo de Quique Cabrales. Me encanta el olor del café recién molido.
Y baje Rivadavia, buscando donde desayunar. Café con leche, dos medias saladas, un vaso de soda, $ 48, y seguí.
A la mañana temprano, antes de salir, había estado lloviendo fuerton. Y parodiando a Joaquín Sabina, “eran casi las diez o las once” cuando me encontré en la Avenida de los Tilos, cantada por María de la A (María Wernicke), buscando un banco donde sentarme.
Sobre la copa de los árboles, esos que un Comisionado Municipal amenazó con voltear, ya que los Tilos le daban alergia, vi pasar negras nubes panza de agua, navegando de sur a norte.
“Mala fariña”, pensé.
Y encontré un banco de piedra donde sentarme. Sucio. Muy sucio. ¿Vomito tal vez? Y busque otro. También sucio, pero con tierra.
Y ahí me quede un rato, mirando pasar la vida en chancletas. Señoras gorditas y rubiconas con sus compras matutinas, papis jóvenes y barbados con hijos a cuestas, señores apurados, de traje y corbata. Otros, gordos (como yo o más) con ridículos bermudas de tiro bajo, haciendo asomar panzas promitentes apretadas bajo remeras de onda “futbol americano” y algunos, también gordos, pero más “conserva”. Chombas de hilo, esas inacabables, guardadas por años en el placar, con el cocodrilito en el pecho, arriba y a la derecha. Y en esas, una bandada de muchachones y muchachitas corriéndose, empujándose, al grito de guerra unisex de “boludo/boluda”
De pronto, como que pareció salir el sol.
Mentira. Pero la calle se animó. Y me pareció ver un hormiguero, donde una mano negra metió un palito tapando la entrada.
Las hormigas, desorientadas, se arremolinaban, daban vueltas, se paraban a mirar hojas verdes inalcanzables (las vidrieras de hoy). Hojas que debían estar demasiado altas por que seguían allí, como las cosas exhibidas en las vidrieras.
Debían de ser como las once y algo (no de Sabina, de mi reloj) cuando me pareció que era oportuno volver a la cucha.
Larga fila de taxis en la parada de Rivadavia y Catamarca. Demasiados. Con los “tacheros” haciendo huevo y tomando mate en la vereda.
Tome el primero, y el chofer, amablemente, me dejo sentar adelante.
“Que rico olor a café” –dijo – (verdad. El “tacho” se inundó con los aromas del Cabrales) y con la dirección sabida, hizo Rivadavia, Funes, Ituzaingo y a casa,
Tenuemente, el cielo había vuelto a llorar. Lagrimas chiquitas, casi imperceptibles, caían sobre el pavimento calcinado de días de soles, y se hacían vapor.
Aún faltaban horas para el “18F” y como dice Quintela, yo “me encueve”.
Aun con mi estrafalario “palo de Tracking” ya no estoy para esos trotes.
Pero igual, en espíritu, ahí estaré.
Al sentarme a la computadora escribir esto, percibo mi ropa como mojada:
Era que el cielo había vuelto a llorar.
*Representante de Turista Magazine en Mar del Plata
Para nuestros lectores de otros países nuestro corresponsal no mandó asimismo unos equivalentes al español que hablamos todos
Te traduzco, por las dudas,algunas palabras escritas en «Slang» callejero marplatense:
+»Tacho»: taximetro
Tachero; Chofer de taximetro
Aeda: anecdota
En negro:– Sin registracion laboral, sin pagar jubilación,cargas sociales y etc.
Naranja mecánica: apelativo que se le dice el Gob.Scioli, que se postula a Candidato a Presidente, Usa el color «naranja» como color distintivo y lo de «mecánica» es por su brazo mecánico ortopédico._
Quique Cabrales: Dueño de la empresa Cafe Cabrales,el mas famoso de Mar del Plata y toda la zona.
«Chombas con cocodrilito: Las «remeras Lacoste»
Jose Antonio Fernandez Quintela: conmociono locutor, con exitosos programas de radios, experto en musica jazz, beatles, autores y ejecutantes mundiales.
Creo que todo lo demás se entiende.