PARTICIPAR PARA CAMBIAR
Por Antero Flores-Araoz*
Muchos afirman, y con razón, que en el mundo globalizado en que nos movemos, las ideologías políticas han perdido la fuerza que tuvieron antaño y han sido sustituidas por el factor eficiencia que es lo que reclaman los ciudadanos.
Lo expuesto es de fácil probanza y basta poner los ojos, por ejemplo en los Estados Unidos, en que las diferencias que existían entre los republicanos y los demócratas se han convertido en simples matices. En México sucede algo parecido entre el PRI y el PAN, lo mismo en Colombia entre conservadores y liberales, o en la Venezuela pre-chavista entre el COPEI y Acción Democrática.
En el Perú asumimos la tesis que entre los social demócratas representados por el APRA y los social-cristianos, existía más que coincidencias. Ello fue considerado por los segundos peor que herejía, sin embargo con el correr de pocos años ha sido aceptada tal afirmación como valedera.
Pese a lo expuesto, la pretendida eficiencia, no puede ser lo único relevante que se exija por los ciudadanos a quienes intervienen en política. Se necesita sobre todo de personas con valores éticos y morales, al mismo tiempo que preparación para los cargos.
Los ciudadanos están asqueados de observar la corrupción que campea por doquier, en los tres niveles gubernamentales, así como en instituciones que deberían comportarse con corrección acrisolada como podría ser el Congreso, el Ministerio Público, la Judicatura y algunas otras entidades del Sector Público.
A diario estamos frente a escándalos, por ejemplo el narcotráfico que tiene protección en altos niveles gubernamentales, pues sino no se comprendería porque únicamente caen algunos burriers y no los genuinos traficantes de los carteles de la droga. También nos encontramos con el absurdo de obligar a los notarios a sospechar de los contratantes por lavado de activos, pero sin embargo aparecen personas adquiriendo costosísimos automóviles sin que nadie los investigue a tiempo.
Vemos también supuestas investigaciones tanto en el Parlamento como en el Ministerio Público que no avanzan, dando la sensación que su acción es solamente para las tribunas, y para que ellas perciban que algo se hace, cuando la realidad es que poco o nada se realiza, salvo el maquillaje.
Podríamos seguir con muchísimos ejemplos como son los casos de algunos gobernadores regionales y alcaldes, que se hacen ricos a base de latrocinios, afectando las arcas del Estado que son alimentadas con los impuestos que pagamos.
La situación señalada no puede continuar, y ahora que nos preparamos para futura elección de Presidente de la República y congresistas, es necesario que el elector piense en quienes muestren valores democráticos y éticos, a la vez que generen confianza por la preparación para los cargos. El dirigir el país no puede quedar en manos de irresponsables ni de personas faltas de buena experiencia para regirlo. Al mismo tiempo las personas con mística de servicio y con valores, no deben dejar espacios vacíos pues ellos se llenan con lo que vemos y criticamos, por eso hay que participar en política y no nos quejemos cuando por dejadez queden espacios libres que se llenan con impresentables.
Tenemos que participar para cambiar y poner orden.
* Reconocido jurista y político peruano Fundador del partido ORDEN
Ha sido Diputado, Constituyente y Congresista de la República del Perú, siempre de la mano del Partido Popular Cristiano. En el 2004, fue electo como Presidente del Congreso entre otros importantes cargos diplomáticos.