ALFONSINA TOTAL
El pasado jueves, diez de setiembre, José de la Puente Brunke, Director del Instituto Riva Agüero, inauguró la exposición “Alfonsina Total”, en el Museo de Artes y Tradiciones Populares. Fue un acto simpático, nada protocolar, intensamente emotivo. Los numerosos invitados se sorprendieron de la forma como Luis Repetto Málaga y su equipo hicieron un montaje moderno, creativo e impactante en cada una de sus salas, dando a los Reyes Magos de Georgina Mendívil la misión de ofrecer a todos un grato saludo de bienvenida.
Las piezas que estarán hasta los primeros días de noviembre, de lunes a viernes, de 10 a.m. a 7 p.m., se lucen en las vitrinas como acabadas de salir de las manos de los imagineros. El poderoso toro de Edilberto Mérida embistiendo estrellas y el de Chayamuray, de músculos vidriados, atrayendo miradas hacia las canteras de Chumbivilcas. El muki de cuarzo, de la mina de Quiruvilca, precioso como una joya, tallado por Luis Frías. Los viejitos tembleques conservando el soplo de un Santurantikuy sobre sus pelucas. Los cóndores, qhapaq negro, qhapaq ch’uncho y contradanza, de Santiago Rojas, que pasaron con el artista el puente con joroba del río Llavero de Paucartambo. Los danzantes de Abilio Rojas que solían iluminar con su zapateo la feria del Camino Real, de Huancayo. Los rumbosos negritos de Huánuco, copia fiel en la pasta de aquellos que se ganaban un “jachacaldo” humeante por adorar al Niño de Belén. El arcángel de doña Herminia Peralta de Murillo, que sólo tiene una ala porque no podía jalar todas las plumas y dejar en paños menores a su papagayo proveedor. El Niño Dios, vestido de sacerdote, que estuvo cien años con la familia de López Antay, el retablista. El Niño waltado que las mamalas, abuelas de Cusco, arroparon con los blancos pañales de su alma para borrar la pátina oscura del much’uy wawa o “niño que llegó con los españoles al valle del Rimaq propiciando la miseria”, fajándolo con chunpis de arco iris. Así, muchos más de una colección, cuya historia se queda en el tintero, para continuar en otros días
La idea primigenia fue mostrar las creaciones del arte popular, “un río que fluye sin detenerse”, pero Luis Repetto quiso hacer algo más, coincidir con el espíritu investigador de la periodista. Sus fotografías con personajes entrevistados por ella en ese interesante quehacer, lugares recorridos en las clásicas regiones y las notas en “El Comercio” y “Caretas”, entre otras publicaciones, que generaron varios libros. La máquina de escribir eléctrica que fue dada de baja al llegar la computadora, el proyector de slides ahora en desuso, y la videocámara, sacadas del desván. No terminó allí. Se llevó “América Rota”, un barro de Kukuli y su Santa Rosita negra, una belleza. También las fotografías de José Álvarez Blas y Fernando Seminario Solaligue, de la Exposición “Wakas de Qosqo” auspiciada por instituciones amigas como Antapaccay, Aranwa y la Cátedra de UNESCO de la Universidad Ricardo Palma.
La muestra es una hermosa recreación, llevada a cabo con talento y generosidad, acerca de tiempos vividos y sueños realizados. Alfonsina sigue vigente como siempre, haciendo entrevistas y escribiendo.
«Alfonsina Total» es la obra extraordinaria del director del Museo de Artes y Tradiciones Populares, quien comparte con la periodista la amistad entrañable de Mildred Merino de Zela, fundadora del Centro de Catalogación y Apoyo al Folklore, cuando la Facultad de Antropología de la Pontificia Universidad Católica del Perú funcionaba en la Casa de Riva Aguero.