LOS YACHACHIQ DEL AGRO
Por Alfonsina Barrionuevo
“Este año lloverá poco y los cultivos se arrodillarán ante el calor o soportarán diluvios”.
“El nevado Chikón pierde nieve. No ayudará a guardar el chuño”.
“Está nevando demasiado. Morirán muchas crías de alpakas.”
Ellos ignoraban que su visitante, a quien confiaban sus cuitas, era un economista de larga trayectoria y que era Viceministro de Políticas Agrarias del Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI). Pero sí les daba confianza su empeño en ayudarles. Lo conocían del Proyecto “Haku Wiñay” del FONCODES-MIDIS, que desde hace tres años favorece a miles de familias rurales.
Hace 25 años que Sotomayor se prendió la escarapela del campo en el pecho y, considerando que el Perú ha dado al mundo cientos de especies alimenticias, gracias a los conocimientos milenarios de la gente del Ande, decidió trabajar con ellos.
Conversamos y me dijo algo muy cierto. Se puede prescindir de muchas cosas, mas no de los alimentos, y el Estado tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad alimentaria de los peruanos y proyectarse a los mercados internacionales, con los comestibles producidos en sus ochenta y cuatro pisos ecológicos.
Según señaló la pequeña producción de las comunidades nativas y campesinas, denominada “agricultura familiar”, tiene el valor de haber conservado a un alto precio, como la discriminación, la riqueza de nuestra biodiversidad. «Domesticar las especies alimenticias fue una proeza de los antepasados preinkas e inkas, que crearon valiosas tecnologías, como la construcción de andenes o el tratamiento de semillas en diferentes condiciones climáticas.”
Le pregunté si había algún reconocimiento a esa lucha anónima y silenciosa. Me respondió que a raíz de la celebración del “Año Internacional de la Agricultura Familiar”, el MINAGRI se impuso la tarea de hacer más visible su esfuerzo. Por ejemplo, mediante inversiones en obras de riego e insumos.
Me pareció que en el “boom” alimentario no se destaca el papel que ha jugado la herencia de los antiguos peruanos. Ellos recurrieron al canto, la danza y la música como acciones para obtener mejores frutos de la tierra.
“Los productos nativos, observó, han sido puestos en valor por la gastronomía, incentivando el consumo de la papa nativa, la quinua o kihura y otros alimentos andinos en los grandes restaurantes. Había que dar alas a la pequeña producción agraria, para asegurar esa gran despensa en el país, sino a nivel mundial».
Resulta interesante que la producción agraria familiar genere cerca del 80% de los productos alimenticios que se consumen en l
os principales centros de abastos de Lima y las ciudades del interior. Ellos cultivan el 82% de las tierras dedicadas a leguminosas, el 76% a tubérculos y raíces, el 74% a cereales, el 72% a hortalizas y el 63% a frutas, como lo registra el IV CENAGRO.
Le comenté que dada la incertidumbre del clima debería haber un seguro contra los desastres naturales desencadenados a veces por el sol y por la lluvia, y me sorprendió al contestar que existe un Seguro Agrario Catastrófico, con un fondo de 30´000,000 de nuevos soles, entregado a algunas compañías de seguros, para cubrir indemnizaciones hasta por 350´000,000 de nuevos soles en la esfera de los pequeños agricultores de las regiones climáticas más vulnerables. El seguro cubre hasta diez riesgos: sequías, lluvias torrenciales, heladas, nevadas plagas y otros.
En el caso de los pequeños alpakeros indicó que hay un fondo de reposición alpakera que, en este momento debe estar poniéndose a prueba para el caso de animales victimas de heladas y fenómenos conexos. Su beneficio es doble: repone la pérdida y lo hace con un ejemplar joven y de una buena calidad genética. En algunas partes, como Espinar, Cusco, se trabaja por iniciativa privada en la prevención y mitigación de las heladas y nevadas, construyendo cobertizos para atenuar al frío extremo.
Recordé las quejas de un productor de Wanqata, Huarochirí, Lima, porque sus manzanas tenían que quedarse en los árboles por falta de una carretera. Sotomayor que conoce muy bien el problema, porque trabajando en el FONCODES y el MINAGRI ha ido caminando o a caballo, a innumerables comunidades, explica que hay responsabilidades compartidas con los gobiernos regionales y otros organismos. En este caso sería el Ministerio de Transportes.
El Perú está creciendo, tanto para el consumo interno como para la agroexportación. En el 2014 el valor de nuestras agroexportaciones superó los 5,300 millones de dólares. Ahora el pequeño agricultor es más eficiente, más competitivo y más comercial
Por último se está trabajando con la capacitación horizontal, de campesino a campesino. Más útil que poner un profesor con doctorado resulta la transferencia de tecnologías a través de productores exitosos, llamados yachachiq o kamayoq. La práctica les ha dado muchos elementos de competencia en diferentes temas. Por ejemplo: manejo de praderas y cosecha de lluvias en las partes altas de las cuencas, manejo de suelos y de ganado, ventas en bloque, etc, etc. Incluso hay señoras yachachiq expertas en capacitación financiera, que enseñan a otras la conveniencia del ahorro.