¿ACTIVISTA O TERRORISTA?
Por Antero Flores-Araoz*
La terrorista estadounidense Lori Berenson, después de cumplir la condena privativa de libertad por colaborar con acciones terroristas del MRTA, fue expulsada de nuestro país, el que la había acogido dándole residencia, lo que no supo retribuir y menos agradecer.
Algunos medios de expresión del extranjero, al comentar la expulsión, calificaron a la señora Berenson de “activista”, lo cual ha generado no pocas críticas, pues es un adjetivo impropio para los graves actos cometidos por dicha persona.
El activismo es el accionar de cualquier sujeto, y está relacionado con el actuar con pasión, con fuerza, en profundidad, y está ligado por ejemplo al activismo en Derechos Humanos, al activismo religioso, al activismo emprendedor, pero no al terrorismo, y en el peor de los casos debió calificarse como activista terrorista pero no simplemente “activista” que le da una connotación suave e indulgente muy lejana a la realidad.
Parece que hay gente o que no conoce lo acontecido en nuestro país o no desea recordarlo. Bueno pues, conózcanlo o recuérdenlo. Vivimos años de terror, en que grupos delincuenciales asesinos, cejaron la vida de muchísimos compatriotas y a otros los mutilaron, los hirieron, e incluso destruyeron propiedad pública como privada. También sometieron a poblaciones enteras y entrenaron a niños para que ejecutar actos de violencia, además de adoctrinarlos para tomar el poder por la fuerza, afectando el orden democrático.
Fueron lustros de desventura y de retroceso, hubo más pobreza y desesperanza, y fuimos obligados a defendernos con las armas, habiendo nuestras Fuerzas Armadas y Policía, puesto el pecho, cuando no su vida, para terminar con el flagelo terrorista.
La señora Berenson, no se les olvide, ingresó al Parlamento simulando actividad periodística y premunida de los planos del Congreso, señalar la vía por la cual ingresarían sus cómplices para atentar contra la representación popular. Lo tengo grabado en la memoria, pues por donde ingresarían al hemiciclo era la puerta que daba a la curul que me había sido asignada como congresista. Iba a ser una de sus primeras víctimas.
Hay la malsana costumbre de no llamar a las cosas o a las acciones por su verdadero nombre, y más cuando tiene crudeza. Normalmente utilizamos calificativos dulzones para no emplear la dureza que las acciones ameritan. Se llegó hasta el extremo en que el magistrado Cancado Trindale de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se atrevió a considerar que los terroristas peruanos tenían la mística de Juana de Arco, así como lo leen.
Pese a que nuestros soldados han sido y son víctimas del terrorismo, cuando fui Ministro de Defensa escuchaba en actuaciones patrióticas hablar de “violencia política” así como de los años de “conflicto o guerra interna”. Ésas suaves expresiones nos llevaron a emitir la Directiva N° 019-MD-SG mediante la Resolución Ministerial N° 531-2009-DE/SG el 09 de junio de 2009, obligando a la calificación de “violencia terrorista”.
Cuando nominamos dulzonamente a actos crueles e inhumanos, agraviamos a quienes lucharon por recuperar a la patria del accionar terrorista. ¡No se olvide!
* Reconocido jurista y político peruano Fundador del partido ORDEN
Candidato a la presidencia del la República del Perú para el 2016
Ha sido Diputado, Constituyente y Congresista de la República del Perú, siempre de la mano del Partido Popular Cristiano. En el 2004, fue electo como Presidente del Congreso entre otros importantes cargos diplomáticos.
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