¡NO ME DA LA GANA!
Por Antero Flores-Araoz*
En anterior oportunidad he tratado sobre lo artificial que son las posiciones de algunos candidatos, probablemente inducidos por marketeros y publicistas, cuando no por propia cosecha.
Algunos tratan de aparentar menos años y con pretendido paso deportivo, se ponen peligro de un buen porrazo, y también se embadurnan la cara con cuanto maquillaje encuentran recomendado por “estilistas”.
Otros bailan lo que no hicieron en su fiesta de promoción, y parecen discípulos de mi amigo Pancho Tudela.
Algunos “tiernos” paneles muestran que la compañera de angustias electorales lo mire embelesada y con sonrisa tan ficticia como la de algún otro candidato, dejando atrás infinidad de agravios que el ciudadano recuerda.
Hay quienes para demostrar peruanidad, exhiben a esposas extranjeras en danzas nacionales, pero no pueden esconder lo impostado de ello.
Observamos sonrisas congeladas, a las que parecería habérseles fijado con laca de marca y de posible aportante a la campaña electoral, en que el frio inexistente en esta época del año no pone morado a nadie.
Cuando adicionalmente nos topamos en debates, exposiciones y entrevistas con implementos de limpieza no invitados, aunque impuestos, es casi imposible no sonreir.
Haber estudiado universidad y postgrados en el exterior, pero para el entorno nacional te pones indumentaria y plumas, que quizás nunca exhibiste ni usaste, ya suena demasiado.
Todo ello es poco con lo que pretenden los “asesores de imagen”, quienes te dicen: remánguese la camisa y actúe como boxeador. ¡Por el amor de Dios”, nunca me he remangado las mangas y menos he boxeado, aunque para esto último no falten ganas.
En otras oportunidades te dicen: ciérrese los botones de la camisa, pese al calor infernal, simplemente porque se te ven los pelos del pecho. Soy peludo pues, ¿y qué?
También te dicen no te pongas gemelos en la camisa, a lo que uno responde: si los he usado desde el Colegio, y agregan: ¡quítate el lapicero de la camisa! Contestas no quiero, a lo que te responden, por lo menos que no sea plateado ni dorado, usa uno plástico de categoría escolar.
Carga a ése bebe, es otra de las órdenes que recibes. No pues, los niños nos agradan pero no tenemos porqué aparentar cariño a desconocidos, cuando no hemos cargado ni a nuestros nietos por temor a algún percance.
¡Come cuy! es otro de los mandatos, pero no te gusta el cuy y eso no es ningún pecado, ni siquiera el que se agrega a nombre compuesto.
Debes ir al programa de “El valor de la verdad”, pues ni de vainas, solo me confieso con el Padre de mi parroquia.
Quienes pretendemos conducir los destinos del país, no tenemos motivos para parecer lo que no somos; debemos ser naturales, la artificialidad por lo demás a nadie engaña. Los candidatos estamos en actividad política, no en casting para novela turca, ni para participar en el programa Los Reyes del Playback y menos para modelar con algún automóvil de precio kilométrico aunque de utilidad modesta.
No me den más órdenes de marketeo, ¡No me da la gana! Soy como soy, así pierda votos.
*Candidato a la presidencia por el partido político ORDEN