DESEOS: BUENOS PERO INVIABLES
08/06/2016/ Lima.- El clima de inseguridad que se vive en el país al haberse incrementado la delincuencia, obligó a los candidatos presidenciales a privilegiar propuestas vinculadas al tema. Empero no todas las propuestas para solucionar el problema de la inseguridad son apropiadas.
Por ejemplo, uno de los candidatos proponía que cuando la misma persona comete en simultáneo varios delitos, se sumen las penas de todos ellos, en lugar de que la pena mayor comprenda a las menores. Esto ya lo tenemos desde mayo de 2006 en que por Ley 28730 se modificaron los artículos 50 y 51 del Código Penal, Ley rubricada para su promulgación por el entonces presidente del Consejo de Ministros y hoy candidato a la Presidencia de la República.
Otra de las propuestas es declarar a la capital en estado de emergencia, como si fuera la “maravilla curativa” y que por su sola determinación se convierta en la herramienta que termine con la delincuencia, crimen organizado, asaltos, extorsiones y sicariato. Nada más lejos de la realidad, pues por el estado de emergencia únicamente se suspenden temporalmente algunos de los derechos individuales, como son: la libertad personal, la inviolabilidad del domicilio, la libertad de reunión y la de tránsito (art. 137 de la Constitución). El Callao está en emergencia y no por ello se ha reducido el delito.
También se ha dicho que hay que sacar a las Fuerzas Armadas a las calles para que ayuden a la Policía. En teoría posible, pues hasta la normatividad legal lo permite excepcionalmente. Pero lo cierto es que por el cambio del servicio militar obligatorio en voluntario, lamentablemente no se cubren las necesidades de tropa en los cuarteles, motivo por lo que no existen soldados suficientes para el apoyo a los policías. Recuérdese que el gran componente del contingente de tropa, lo constituye el servicio militar, con edades entre dieciocho a veinte años y sin preparación adecuada para enfrentar el delito, pues su entrenamiento es para otras tareas.
Durante lustros hemos tenido en la Policía la jornada laboral de 24 x 24, esto es se trabajaba para el Estado 24 horas y se descansaban otras 24, estas últimas en la práctica dedicadas a prestar servicios de seguridad a particulares. Con la finalidad de contar con más policías en las calles, ha sido clamor ciudadano terminar con el sistema laboral de excepción mencionado, por lo que ha sido suprimido con el agregado de la prohibición a los policías de prestar su concurso profesional a particulares. La supresión se ha hecho con errores vinculados a la retribución del servicio policial, lo que ha motivado que uno de los candidatos proponga regresar temporalmente al sistema del 24 x 24, en lugar de efectuar los correctivos que la situación demanda.
Conforme podemos advertir, parecería que los técnicos no han informado debidamente a sus candidatos, y por ello estos últimos han expresado buenos deseos pero inviables soluciones.