IRAN: NEWRUZ EL AÑO NUEVO PERSA
Newruz o Nouruz, es el año nuevo del calendario persa, que se celebra en Irán coincidiendo con el equinoccio de primavera. Se festeja también en otros territorios que recibieron la influencia de la cultura persa, como Azerbaiyán, Afganistán, Uzbekistán, Tayikistán, Turkmenistán, Pakistán, y en algunas regiones de India. También se celebra en Turquía y algunos países de Asia Central.
Además se celebra el primer día de la primavera y el principio del Año iraní. Algunas comunidades lo celebran el 21 de marzo, y otras el día del equinoccio de primavera, que puede ser el 20, el 21 o el 22 de marzo.
El año nuevo persa se basa en la religión zoroastriana, surgida en Irán hace unos 3000 años. El zoroastrismo o mazdeísmo cree en dos dioses antagonistas, Ahura Mazda, dios del bien y la luz, y Angra Mainyu, dios del mal y la oscuridad. La lucha entre ambos se resuelve con la victoria de Ahura Mazda y el triunfo de la luz.
La llegada del año nuevo persa representa el final de la oscuridad invernal y el renacimiento de la luz y la fertilidad. Para simbolizar el inicio del nuevo ciclo vital, los iraníes limpian a conciencia sus casas en los días anteriores al Nouruz. Pocas horas antes de que entre el año nuevo, las familias se reúnen en torno a una mesa con siete objetos o frutos cuyo nombre empieza en persa por s como las semillas de trigo o de lentejas germinadas, sabzi, sib manazana, sir, ajos, samagb especia para el kabab, sombol Jacinto, serke vinagre, sekké monedas, senyeb bellotas, sobre un mantel sofreb, y sobre este otros productos como huevos los cuales representan el renacimiento, la salud, la alegría, la prosperidad, la felicidad, la paciencia y la belleza. No pueden faltar un espejo, velas, un Corán, y un libro de poesías de Mawlaná o de Hafez.
En las calles, se prenden hogueras, se canta y se acompaña a Hayi Firuz, un personaje de cara negra que danza al son de tambores y panderetas portadores de buenos augurios.
En los 13 días siguientes, durante los cuales las escuelas permanecen cerradas, los menores de cada familia estrenan vestidos y se dedican a visitar a tíos y abuelos, quienes les hacen regalos o les entregan algo de dinero que tiene que ser nuevo porque significa que les traerá suerte. Además, es también costumbre que los adultos se acerquen a saludar a casa de sus familiares, vecinos y amigos.
El decimotercer día, sizadh bedar, último de las celebraciones, las familias van al campo para preparar una comida al aire libre. Las semillas germinadas se echan a un río o un arroyo, habiendo hecho antes pequeños nudos en los tallos. Cada nudo representa un deseo para el nuevo año y se espera que, si la corriente los deshace, se cumplan.
El rey Djemchyd en el año 800 a.n.e constituyó el calendario persa, e instituyó la fiesta de Newruz o del año nuevo, única fiesta civil que conocían los persas. Algunos lo atribuyen al jefe de los Karismios persas, Djelaleddin, la institución en el siglo XIII de un calendario que dicen preferible al gregoriano, en el que está fijada la fecha de la renovación del año solar en el día del equinoccio de primavera. De todas formas es cierto que los persas tomaron el calendario de los caldeos, con el año de 360 días, y agregaron otros 5 o 6 complementarios, y así resulta en el antiguo año persa, llamado todavía Yesdedjirdique, era el que se trataba de establecer en Francia en 1793 con el nombre de era republicana.
En su forma actual, el calendario fue adoptado en 1925 en Irán y se considera más preciso que el calendario gregoriano, dado que en el gregoriano hay un error de un día cada 3320 años, mientras que en el persa el mismo error aparecería cada 3.5 millones de años2 Afganistán adoptó el calendario persa en la forma yalalí (جلالی), más antigua, en 1922.
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