AHORA ES EL CELULAR FICHO*
Por Antero Flores-Araoz
Los padres tenemos el derecho y a la vez obligación de “formar” a los hijos, proporcionándoles educación apropiada en valores, mientras que la escuela instruye, apuntalando la tarea formativa/educativa de los padres.
Dentro de la tarea formativa de los progenitores, hay algo que tienen necesariamente que aprender, y es saber decir NO cuando es necesario y hay pedidos excesivos o absurdos de los hijos.
¿Cuánto se hubiera podido e vitar con un NO a tiempo? reflexionan los padres que fueron como se dice el de la “manga ancha” con los hijos, al conocer las inconductas de estos últimos.
Decir NO, no es fácil, los padres sufren tanto como los hijos cuando tienen que corregir, y una forma de corregir es la negativa ante requerimientos carentes de la mínima lógica.
Cada época ha tenido “modas” en los pedidos de los hijos. Recordamos a quienes en el último año escolar llegaban manejando y sin brevete, automóviles cupé último modelo y descapotables, ante la envidia de los condiscípulos e indignación de sus padres.
Otros menos ostentosos, querían de todos modos su motocicleta, aunque se contentaban con la motoneta, en esos tiempos muy promocionados las Vespa y las Lambretta.
¿El dar gusto excesivo a los hijos, es formativo? De ninguna manera. Se puede dar gusto en cosas lógicas, pero facilitar los excesos: ni pensarlo, y así los hijos cuando sean padres comprenderán a los suyos.
En los tiempos en qué nos ha tocado vivir, un teléfono móvil no es un lujo, es una necesidad o cuanto menos una comodidad en las familias, pues permite a los hijos estar comunicados con los padres y viceversa, saber por dónde andan los primeros, conocer si llegaron a destino o si ya retornaron.
Con la delincuencia y los asaltos que se perpetran cotidianamente, los padres están preocupados ante cualquier demora de los hijos, y más cuando se sabe que hay hasta dementes que hacen daño por gusto. Esto abona en la hoy casi indispensable necesidad de portar el celular.
Un celular, como vemos, es necesario, y podemos comunicarlos con él mediante las llamadas directas, el whats app, e incluso recibir mensajes y correos. Con el avance tecnológico mediante la telefonía móvil podemos ingresar a diversidad de aplicaciones con infinidad de objetivos, y ello hace que algunos menores no se contenten con un celular común y corriente, que permita la comunicación, fluida sino que pretendan teléfonos móviles especiales y de marca.
Muchos niños y adolescentes quieren tener en su teléfono móvil la famosa “manzanita”, sin ser necesariamente conscientes de su alto costo, y que no todos los padres pueden proporcionarlos a sus hijos, ya que muchas veces hasta el móvil más sencillo puede originar esfuerzo económico para los padres.
Igual como no se debería acceder a las motos y motonetas cuando ellas no son necesarias, los padres deberían saber decir NO a las pretensiones telefónicas de lujo de sus hijos. No se trata de dar gusto, sino de formar.
*Ficho” para nuestros lectores extranjeros, de lujo, elegante, fino, de marca, etc.