NOTICIAS Y HECHOS RELAJANTES
EL TURISMO QUE VIENE, A EXAMEN
Antonio-Pedro Tejera Reyes*
No queda otra solución. Son demasiados años luchando contra los molinos de viento, y sufriendo sus consecuencias “in misericorde”. Pareciera como si esto no lo fuese a arreglar nadie, y los brotes “verdes” – como le dicen ahora, al parecer, a las cosas positivas – se diluyen como terrones de azúcar en el café ante las noticias y la acciones negativas que diariamente nos amenazan con seguir dándonos “mas de lo mismo”, sin mas contemplaciones para aquellos que dominan el poder legal o ilegalmente constituido, que las de aumentar sus ganancias políticas, empresariales o sociales, en una comunidad a la cual parece importarle un «pito» – para emplear un término vulgar fácilmente comprensible – todo lo que no sea perjudicial para los propios intereses de los personajes involucrados en el desarrollo de la población mundial. Esa a la que pretendemos llegar con el mensaje de la Organización Mundial del Turismo, que no nos casaremos de repetir: El turismo es riqueza para la persona, para la familia, para la comunidad, para el mundo entero.
Y es que la confusión mental nos llega ya al término máximo de la confusión, cuando vemos emplear ese socorrido “desarrollo sustentable”, o “sostenible”, sin poder entender como se quiere aplicar que no sea la definición explícita a la que se llegó en el famoso Informe Bruntdland. Nuestro Futuro Común. Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo: “un desarrollo que satisface las necesidades de las generaciones actuales, sin poner en peligro las satisfacciones de las generaciones futuras.”
Ante nosotros noticias de la destrucción – si, así como suena – de relevantes pequeños rincones de pueblos, ciudades, y paisajes, de un valor excepcional para el desarrollo de un turismo cultural que está asentándose en el mundo desde hace bastante tiempo, aunque algunos de los “sabios” directivos políticos de los mas prestigiosos destinos lo ignoren, destrucción que muchas veces se enmascara con la palabra de “remodelación” o algo similar, cuando la realidad es otra bien distinta que no vamos a revelar aquí pero que es de sobra conocida, y que no tiene nada que ver con eso de “conservar las señas de identidad de los pueblos para la satisfacción de las generaciones futuras… eje fundamental del “desarrollo sostenible” tal como está reflejado tácitamente en la declaración que reiteradamente hemos publicitado, y en el Código Ético Mundial para el Turismo, de la Organización Mundial del Turismo, y que hoy volvemos a traer a este comentario.
El desconocimiento llega a unos términos tales que quienes tienen el deber de profundizar en la innovación y el adelanto de las técnicas útiles para el desarrollo, se atrincheran en sus bases y siguen haciendo lo mismo que sus antecesores en los cargos, en sus funciones, y en sus proyectos. El dinamismo, la profundización en el conocimiento, o en el conocimiento del avance de las técnicas, son un tabú que tiene invadido a algunos países, a los pueblos, y las personas, sin dejarles avanzar, ni sin tomar conciencia de como el mundo se va desarrollando imparablemente en los nuevos destinos turísticos, sencillamente con la toma de conciencia de satisfacer las necesidades de las generaciones actuales sin poner en riesgo la satisfacción de las generaciones futuras, inclusive, y allí está el principal problema, cubriendo o destruyendo un paisaje natural, un monumento histórico, o sencillamente, sustituyendo una simple piedra históricamente desgastada por el uso de las tapas de la coca-cola, con el juego de las damas, que se encontraba debajo de una antigua farola, sustituyéndola decimos con un muro de unas modernas losetas muy bonitas, muy decorativas, pero que lo mismo están en las calles de Puerto de la Cruz, Tenerife, que en la ciudad de Panamá, o en cualquier otro lugar de este mundo globalizado, donde los souvenir de la Torre Eiffel se fabrican, en China, al igual que los de la Virgen de Fátima, la de Lourdes, o la de La Candelaria patrona de las Islas Canarias.
El conocimiento tiene las mismas limitaciones que todo esto que comentamos. Nos desilusiona ver esos anuncios publicitarios en los periódicos con los emblemas de los organismos más importantes del mundo, ofertando cursos sin otras garantías que esos mismos emblemas, casos que conocemos íntimamente así como sus resultados, y cuya proliferación es imposible parar, precisamente por la falta total del conocimiento de quienes gestionan toda esa empresa. “Eso se ha hecho siempre así”, o “Eso aquí no se puede hacer”, son dos frases que hemos oído repetidamente en estos últimos años, con la triste experiencia de que cuando en la enseñanza hemos querido innovarla y llevarla hacia una evolución positiva para beneficio de las generaciones actuales y las futuras, nos ha caído encima la injusticia y ha acabado con todas nuestras ilusiones… Eso si, sin poder tapar todo lo hecho, algo incontrovertible, real y tan imborrable como es la propia historia. El miedo al conocimiento de aquellos que ostentan los poderes, es terrible, y la envidia que suscita es otro tremendo lastre muy difícil de combatir.
Las noticias que leemos o escuchamos todos los días, nos hacen cundir el desaliento y la desilusión. Es lo que hay. Relajarnos y dejar que el mundo siga andando es lo que toca cuando ya estamos en el “invierno” de nuestra vida como dice muy bien el mensaje que nos envía desde Philadelphia, EE.UU. nuestro querido amigo Alejandro J. Gallard, y de cuyo mensaje extraemos este párrafo para terminar este atrevido comentario: «La vida es un regalo que se nos ha dado… Haz de este viaje algo único, agradable, fantástico, para ti y para tus seres queridos, para tus allegados y en general, para todos los que te rodean.”
*(Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo, de las Naciones Unidas)