EL VATICANO: POCA SINTONÍA Y UNA VISITA RELÁMPAGO DE ISABEL II AL PAPA
Fue la visita del médico. La reina Isabel II ha estado en Roma cinco horas escasas, las justas para almorzar con el presidente de la República, Giorgio Napolitano, y conocer al papa Francisco, a quien regaló un lote de productos que, para sorpresa del pontífice, incluía una flamante botella de whisky escocés. La soberana británica y cabeza de la iglesia anglicana llegó al Vaticano con 23 minutos de retraso, por lo que se sintió en la obligación de ofrecer una disculpa al Papa: “Disculpe por la tardanza. Estábamos teniendo un almuerzo muy agradable con el presidente Napolitano”. La tan poco diplomática excusa real fue contestada por el Papa recortando el tiempo de la entrevista. De la media hora que según lo previsto debía durar, se quedó en 17 minutos justos.
Tampoco hubo mucha sintonía en el intercambio de regalos. Jorge Mario Bergoglio regaló a la reina un facsímil del documento con el que el papa Inocencia XI introdujo en 1679 el culto de San Eduardo, rey de Inglaterra entre el año 1043 y 1066 y fundador de la abadía de Westminster; al duque de Edimburgo, un tríptico con las monedas de su pontificado; y además un regalo para su bisnieto Jorge, el hijo de Guillermo y Catalina, los duques de Cambridge. A tal despliegue, Isabel II correspondió al pontífice con una especie de cesta de Navidad con productos de la tierra. A saber, una botella de zumo de manzana, un tarro de miel recolectada en el palacio de Buckingham y la ya mencionada botella de whisky. Ante la perplejidad del Papa, la reina le explicó que había sido destilado en el castillo escocés de Balmoral.
F/ El país.com