EL SR. DE LOS MILAGROS Y SUS DEVOTOS
Como hace varios años, nos llegamos hasta la Iglesia de las Nazarenas* a ver de cerca y escuchar misa en este Santuario.
Tratar de explicarles a Uds. mis dilectos lectores y amigos lo que se siente al estar frente a la imponente anda e imagen de nuestro amado Sr. de los Milagros es imposible, porque estas sensaciones místicas o espirituales son propias de cada quien. Por lo tanto manifestaciones de esta fe en el templo se ven muchas, y no sólo en personas, mayores, de allí lo que motiva estas líneas.
Les comento a mis lectores extranjeros, como el templo está casi siempre abarrotado de devotos, los hermanos de la cofradía del Sr. de los Milagros colocan unas rejas de metal que acomodan de acuerdo a las circunstancias, ya que el devoto quiere estar siempre lo más cerca del anda, que les cuentol es impresionante, por lo hermosa y porque además esta íntegramente forrada en oro y plata, como consecuencia de los millones de milagros que los feligreses a través de más o menos 4 siglos han ido acumulando y que fueron fundidos para esta obra de arte…
Volviendo a nuestro tema, con nuestro espíritu combativo y justiciero (mismo Chapulín colorado) advertimos que después de la misa, un grupo pequeño de personas adultos mayores y no tan mayores, se quedaba muy cerca del anda de la venerada imagen. La hermandad de los Milagros está muy bien organizada integrada por cuadrillas y cada una de ella tiene una misión específica, cada cuadrilla tiene un capataz o un subcapataz. Los encargados de hacer retirar a las personas de la cercanía al altar tenían problemas con un joven señor, que no quería abandonar su privilegiado lugar, y la discusión duró unos minutos, hasta que entre tres hermanos convencieron a este Señor que se retirara.
Evidentemente el «Chapulín colorado» al rescate y luchar por la justicia, y preguntamos el motivo del impase, al mismo tiempo reparábamos que muy apurados en ese espacio “reservado” colocaban sillas, muy bien acondicionados e ingresaban con dos hermosos arreglos florales, el, en este caso agraviado nos comentó que él estaba acompañando a su mamá una anciana que no se la veía en buen estado de salud, y que quería como es lo usual pasar un «algodoncito» por las andas de la sagrada imagen, para lo cual se hacen inmensas colas….
Cual fue la explicación para este atropello, que había una misa enseguida para una “empresa que había pagado por ello”…
¿Qué cosa? Pues si señor en estos días la fe también tiene precio…Inadmisible… Ante tal desatino, quisimos hablar con el responsable, y nos dirigimos a un hermano que estaba de guardia en la entrada al cual le explicamos nuestro disgusto, nos dio la razón y nos envió a entrevistarnos con el Director de Andas, pues hacia allí nos dirigimos, y cuál no sería nuestra sorpresa que al identificarnos, “en un espíritu de cuerpo mal entendido o si” no sabemos todos los hermanos perdieron la memoria y no sabían quien era, puesto que los rotaban…
Así las cosas nos retiramos, no obstante expresamos nuestro disgusto por la comercialización que se hace con la fe del pueblo, todo, absolutamente todo tienen precio, empezando por los dichosos algodoncitos que pasan por las andas del Sr. y toda la parafernalia alrededor del de vendedores ambulantes dónde Ud. encuentra desde un cirio morado hasta el famoso “Turrón de Doña Pepa”
Finalmente tengo que decirle que la fe no se vende y la defenderá siempre y estamos seguros que si Jesús si volviera a este mundo igual utilizaría el látigo para echar a estos mercaderes de su templo…
Mg. Elena Villar
Directora
*(Santuario Nacional y Monasterio de Las Nazarenas que es un complejo religioso dedicado al culto del Patrón del Perú, el Señor de los Milagros dirigido por las Madres Nazarenas Carmelitas Descalzas. Se encuentra en el rectángulo cuyo contorno incluye la Avenida Tacna, el Jirón Huancavelica, el Jirón Chancay y la Avenida Emancipación, en la antigua zona de Pachacamilla, esta considerado Patrimonio de la Humanidad (parte de «Centro histórico de Lima», 1991 y Patrimonio Cultural de la Nación desde 1972)