FUMANDO ESPERO…
Por. Carlos Rodríguez R*
La entrada en vigencia de la normativa uruguaya que permite el libre consumo de marihuana dentro de determinados parámetros, y la iniciativa del Gobierno de regular el mercado convirtiéndose en productor y distribuidor, ha despertado opiniones y controversias dentro y fuera de fronteras, además de nuevas oportunidades de negocios para el país.
Huelga decir que la iniciativa del Presidente Mujica sacudió la opinión pública. Más allá de las consideraciones y la oportunidad social y política donde fue instrumentada, la realidad puso una vez más sobre la mesa el flagelo constante de las drogas en toda su dimensión. Desde el acercamiento temprano a través del consumo de alcohol y tabaco, hasta las drogas más duras, cuesta identificar los límites para cuidar la soberanía de nuestro organismo. Ya no es tan simple suponer que es un tema de educación, cuando el problema es transversal a todas las clases sociales, diferenciados solamente por el poder adquisitivo de cada una.
La controversia ha calado además en las relaciones familiares, de la mano de la natural rebeldía de la juventud, que ahora ve legitimados determinados “derechos” por la vía legal, socavando las argumentaciones parentales frente a las inevitables y dañinas consecuencias del consumo de estupefacientes. Como aporte preocupante, el sector más vulnerable a esta liberación es el de los jóvenes, sobre todo aquellos que por diferentes razones no acceden al sistema educativo, no tienen hábitos laborales creados ni contención familiar, cuyas posibilidades de futuro e inserción podrían estar muy comprometidas por la visión social que han adquirido en los últimos 20 años.
Impactos en el Turismo
En relación al sector turístico, por un lado se han observado desmanes potenciados por el consumo, que atentan contra la tranquilidad y la paz buscada por quienes visitan y buscan invertir en el país, impulsando de alguna manera a que la conversación cotidiana se desplace hacia temas inéditos en Uruguay. Por otro lado, es un atractivo interesante para quienes son consumidores y encuentran un lugar donde hacerlo con relativa tranquilidad. En los balnearios más importantes, el característico olor a “fumata” es cada vez más frecuente y genera quejas importantes, aun cuando son relativizadas por parte de las autoridades gubernamentales.
Vivir del Cannabis
La salida de la marihuana de la clandestinidad, trajo aparejadas nuevas formas de conducta, de vida y hasta de exposición pública, además de que se están generando nuevos “puestos de trabajo”. Se está formando una asociación que pretende nuclear a quienes cultivan, dar capacitaciones técnicas y participar además de la toma de decisiones como asesores, desde la experiencia adquirida. Además de que se venderá en farmacias, regulada y monitoreada por el gobierno, a determinada cantidad para uso personal por mes, se habla de exportar Cannabis debidamente certificada.
Para el sistema político, aún dentro de filas oficialistas, existen muchas dudas de que la legalización realmente afecte al narcotráfico.
A nivel internacional, la iniciativa del gobierno colocó a Uruguay en una posición delicada y notoriamente jugada en relación al tema. Obviamente las consecuencias de tocar temas complejos desde la presidencia de cualquier país, genera réditos de diversa índole, más allá de los meramente políticos, y Uruguay no escapó a esta regla. Desde camisetas con la imagen del presidente haciendo alusión a la marihuana y que se comercializan en las playas de Brasil, hasta la instrumentación de un pretendido monopolio por parte de intereses extranjeros para controlar el mercado, la imagen del país viene sufriendo cambios fundamentales en la percepción que tiene el mundo de éste, y esos cambios, siempre generan secuelas.
El objetivo gubernamental de combatir el tráfico a través de la legalización, va dejando al descubierto las consecuencias que van surgiendo cada día. Una gran parte de la población, que considera esta medida como una forma más sofisticada de tráfico, se muestra indignada y seriamente preocupada por los cambios de paradigmas y valores sociales que está sufriendo Uruguay: la otra parte, la que aún no ha caído en la cuenta de la seriedad de las consecuencias, aguarda desde un nuevo lugar en la opinión pública, seguramente felices por la liberación del consumo.
*Representante de TuristamagazineDestinos en Uruguay