CIUDAD DEL VATICANO: ALISTA CANONIZACIÓN DE JUAN XXIII Y JUAN PABLO II
Cuando el próximo 27 de abril el papa Francisco canonice en la Plaza de San Pedro en El Vaticano a sus antecesores Juan XXIII y Juan Pablo II, el mundo estará atestiguando un acontecimiento histórico, ya que será la primera vez que se canonice en una ceremonia a dos papas.
Otro aspecto que le podría dar un aspecto extraordinario al evento es que esa mañana pudieran estar presentes en la Plaza de San Pedro dos papas: Francisco y el emérito Benedicto XVI.
Sobre la posibilidad que Benedicto XVI esté presente ese día en San Pedro, el vocero de El Vaticano, el padre Federico Lombardi, comenta:
«No hay motivo legal o doctrinal por el que Benedicto XVI no pueda participar en una ceremonia pública… Está claro que hay una cierta expectación. Hay que ver si quiere, si desea estar presente… Entonces, la posibilidad está abierta, no hay ninguna seguridad y ningún compromiso.»
La fecha de la canonización fue elegida por el papa Francisco durante el consistorio celebrado junto con los cardenales. Es el primer domingo después de las celebraciones de Semana Santa, cuando la Iglesia Católica celebra la fiesta de la Divina Misericordia, una fiesta que instituyó el propio Karol Wojtyla tras hacer santa en el año 2000 a la monja polaca Faustina Kowalska, conocida como la santa Teresa de Jesús polaca.
JUAN XXIII Y JUAN PABLO II, UNA SANTIDAD MUY HUMANA
Especialistas en temas de El Vaticano como el padre José Enrique Mujica, miembro de los Legionarios de Cristo, coinciden en señalar que con las canonizaciones de Juan XXIII y Juan Pablo II quiere proponer dos ejemplos de santidad más humana:
«Comparto la opinión, pero creo que incluso Juan Pablo II durante su propio Pontificado con la cantidad de personas que él mismo canonizó y beatificó nos estaba diciendo que la santidad no es inalcanzable, que es posible cuando nos encontramos con una persona con Jesucristo. Precisamente de ese encuentro con Jesucristo es que Juan Pablo II encontraba las fuerzas, incluso para reflejar en los momentos en los que las fuerzas humanas estaban menguadas”, señala el padre Mujica.
El padre Mujica añade que un ejemplo del encuentro de Juan Pablo II se dio cuando el papa beato siguió el Viacrucis en la Semana Santa de 2005 abrazado a una cruz.
«Con esa cruz se sumaba a las millones de personas que sufren a causa de diferentes males como la enfermedad, la persecución religiosa, la incomprensión, incluso la soledad», afirma el padre Mujica.
F/ El Mundo.com