PROFESIONALIDAD EN EL TURISMO Y SOCIOLOGÍA ROTARIA

EL PODER DE LOS RECUERDOS
“Se beneficia más quien mejor sirve.
Servir es mi ocupación”
Rotary Internacional.
Por Antonio Pedro Tejera Reyes
Cumplido un ciclo de nuestra vida con la edición de un apretado resumen de lo que hemos publicado en los pasados años, en un volumen digital al que hemos dado el título de Sociología Rotaria IV (Turismo: un mundo de esperanzas), nos encontramos recorriendo sus páginas en una mesurada lectura, que nos trae al recuerdo las experiencias vividas, todas alrededor de una imagen que enlazan la actividad turística con los principios de la misión rotaria, que muchas veces relacionamos en esta publicación, y que podemos concretarla en su frase identificativa: servir es mi ocupación, a la nosotros añadimos “mi vocación” con justificada razón.
En todo este contenido de experiencias vividas – prologadas por nuestro querido amigo tristemente fallecido inesperadamente, el insigne venezolano Manuel Augusto Pérez Sánchez, que nadie nos las ha contado sino que las he vivido en primera persona – él destaca el valor que siempre le he dado a la profesionalidad en el turismo, algo que nace desde nuestros primeros contactos con el sector, allá por los finales de los años cincuenta del pasado siglo, donde lo que había en ese ámbito era precisamente diversos ilustres personajes que se avivan en nuestros recuerdos, formándose en la gestión del turismo sin otras herramientas que sus propios conocimientos, todos ellos basados en el cotidiano trabajo que la actividad le proporcionaba.

Son tres los libros que impresos ilustran una actividad rotaria de más de cuarenta años, dentro de este importante club de servicio, reconocido por las Naciones Unidas, y cuyo símbolo es una garantía mundial de laboriosidad y honradez.
Fue un mundo donde la palabra “académica” – hoy tan usada para menospreciar los conocimientos profesionales adquiridos por la experiencia y el trabajo – estaba no solo en el limbo, sino que era una perfecta desconocida en las escuelas mundiales de hostelería y de turismo en general, donde su valor era totalmente irrelevante y falto de contenido. Para saber pelar papas, preparar unas buenas garbanzas con callos o a la madrileña, un ceviche peruano, etc. etc. no hace falta ningún título “académico”, ni nada parecido.
Para llegar a saber dirigir con acierto un hotel, restaurante, o una agencia de viajes, había que conocer su trabajo específico sin haber pasado siquiera por la puerta de una universidad., ni tener títulos “académicos”. Una amplia cultura, sin dudarlo, será un valor añadido.
Eso sí, había que saber cómo se pelaban las papas, o se rellenaba un boleto de vuelo. Así era la cosa, y así sigue siendo aunque algunos “académicos” lo ignoren… Que le vamos a hacer…
LA EXPERIENCIA Y SU VALOR EN EL TURISMO
La cosa ha cambiado para peor hasta límites inconcebibles llegándose al caso de que con reiteración y alevosía se confunden y se manipulan situaciones – lo hemos vivido en carne propia – basándose en una supuesta validez “académica” de unos estudios pura y exclusivamente profesionales, cuyos fines son dotar al personal de los cocimientos necesarios para llegar a ser un profesional capaz y honrado en su trabajo… “La observancia de elevadas normas de ética en las actividades profesionales… el valor de toda ocupación útil y la dignificación de la propia”, etc. etc. etc. como muy bien dice Rotary Internacional en sus ejemplares y ejemplares principios…
En esta maraña del compromiso social en que el mundo se encuentra, está ocurriendo que por medio de estos tremendos errores – horrores diríamos nosotros – la dirigencia de la gestión y operación de la actividad turística haya tomado un derrotero que difícilmente se pueda corregir, cuando la profesionalidad está confundida con un valor “académico” que nada tiene que ver con la realidad del conocimiento – por poner un solo ejemplo – de cómo ha de funcionar la cocina de un hotel, la calidad de los productos que se utilizan, la preparación de una habitación – sus espacios y sus enseres – así como la gestión y el funcionamiento de una agencia de viajes, su promoción y sus más íntimos detalles, sin llegar, claro está, al funcionamiento y la gestión de un tours operators, o a los disparates que vemos, un día sí y otro también, cuando se trata de gestionar a niveles públicos, la operabilidad de una empresa, de un pueblo, una sociedad, una ciudad, o de un país… Algunos esperpénticos casos que solo conducen a la tragedia sin nada que lo remedie…. Eso sí, sus dirigentes tienen todos currículos “académicos” llenos de rayitas que les acreditan haber realizado cantidad de cursos, seminarios, masters, etc. etc. aunque en muchos casos que hemos presenciado solo acudan a ellos a recoger el diploma que acredita su asistencia.

La capacitación profesional en el turismo, debe de comenzar desde los más elementales puestos de trabajo. La atención personal es una experiencia necesaria para entender las acciones que el turista valora como su principal necesidad
Con este bagaje y estas maletas, no es de extrañar que destrocen cuanto encuentran por delante, llevándose consigo las ilusiones y el buen hacer de miles de personas que tienen que padecer la insuficiencia e ignorancia de profesionalidad de quienes les dirigen. Esto es lo que hay, nos guste o no nos guste.
UNA REFLEXIÓN NECESARIA
Reflexiones encontradas en las páginas de un libro digital que solo pretende ser un recordatorio de hechos y realidades que han llenado los muchos años analizando, estudiando, enseñando y divulgando la gestión del sector turístico con una óptica mundial que hemos tenido la suerte de compartir que los más ilustres y experimentados personajes estudiosos del tema, desde un humilde cocinero de aquellos tiempos pasados, hasta un presidente de un gobierno como fue el caso de Joscelino Kubitscek de Olivera, o Rodrigo Carazo Ocio, análisis que completamos tanto desde el punto de vista sociológico, como profesional, siempre con la ilusión de encontrar los puntos de coincidencia con la compresión de la sociedad, la culturización de los pueblos y la convivencia necesaria para vivir en un mundo en paz, naturalmente sin necesidad de títulos “académicos”, ni la presencia de toda esa la caterva de individuos – generalmente “hijos de papá” o de circunstancias partidistas – sin vergüenza, sin ética, sin principios decentes ni conocimientos, y cuyas acciones tenemos que soportar en todos los ámbitos y profesiones, dirigidas en ellos. Es un decir.
EL VALOR DE LA PROFESIONALIDAD

El autor del reportaje disfrutando de unos deliciosos Langostinos a la piedra: La atención personalizada al igual que los platos gastronómicos de creación, son elementos de un valor añadido de alta calidad, que junto a los elementos complementarios del escenario, producen una singular satisfacción a los visitantes en todos los destinos turísticos del mundo, además de imborrables recuerdos.
El servicio en el turismo, está basado fundamentalmente en la profesionalidad, el conocimiento de las necesidades del ser humano como persona, el calor de la amistad, la comprensión y el estímulo en todo trabajo útil.- como bien dice Rotary – y todo lo que sea el trato servicial – no confundamos con servil – en el cual sobresalga la calidad humana y los principios de convivencia, a todo lo cual tenemos hoy que añadirle las nuevas tecnologías modernas y hacerlas útiles para resaltar estos valores que señalamos, como sabiamente está impulsando la Organización Mundial del Turismo, con ese cúmulo de experiencias y conocimientos que atesora y que está puesto en la escena mundial con el fin de lograr un mundo en paz que es lo que todas las personas decentes y conscientes queremos, y que el Secretario General de ese organismo, Zurab Pololikashvili, ha puesto de relieve recientemente en Chile, destacando el movimiento del turismo actual, y la valoración de esas nuevas técnicas, todo ello relacionado con el sentimiento y el valor de la acogida, la seguridad, y ese entorno que el sector turístico representa donde se pone de manifiesto el valor de la profesionalidad.

Presentando a Manuel Pérez Sánchez (izquierda) durante una de sus intervenciones, en nuestros programas turísticos, en Tenerife.
Rotary en sus principios dice: “La comprensión, la buena voluntad y la paz entre las naciones, a través del compañerismo de las personas que en ellas ejercen actividades profesionales y empresariales, unidas en torno al ideal de servicio”. Son muchos los años en que expertos y estudiosos de todo el mundo, han estado reflexionando, perfeccionando y elaborado estas normas. No caben definiciones mejor en ellas. Más claro: el agua.
*Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo. UNWTO
Honorable Embajador de la Organización Latinoamericana del Turismo. OLATUR
Foto de Portada:Stand de Perú, en la FITUR de Madrid. Se hace presente la atención personal como un insustituible elemento de alto atractivo para el turismo, en el que se combina la amabilidad y la elegancia.