DOS CISTERNAS SUBTERRÁNEAS DE LA ÉPOCA OTOMANA HALLADAS EN JERUSALÉN

Dos grandes cisternas subterráneas para la recogida y almacenamiento de agua de lluvia, que se remontan al Imperio Otomano, fueron descubiertas en Jerusalén durante unas obras, según anunció el jueves el ayuntamiento
Los depósitos fueron examinados durante los estudios realizados antes de un gran proyecto de construcción en el emplazamiento del antiguo Hospital Shaare Zedek, en el centro de la ciudad.
Según el comunicado del municipio, las cisternas se utilizaban para recoger el agua de lluvia de los tejados y patios de la ciudad.
La existencia de las cisternas ya era conocida, según el ayuntamiento, ya que los depósitos aparecen en los planos de construcción del siglo XIX de la zona que rodea el emplazamiento histórico del hospital.
Como parte del proceso de conservación del lugar durante la construcción de un complejo comercial y residencial, se decidió investigar si los depósitos seguían intactos.
El ayuntamiento dijo que el descubrimiento de las cisternas fue una colaboración entre el departamento de conservación y planificación de la ciudad y los promotores del emplazamiento.

Jerusalén es una ciudad de Oriente Próximo, situada en los montes de Judea, entre el mar Mediterráneo y la ribera norte del mar Muerto.
La primera fase del proyecto consistió en utilizar un radar de penetración en el suelo para obtener imágenes del sistema de almacenamiento de agua subterráneo. A continuación se excavó el lugar y se enviaron expertos para examinar las dos cisternas, de unos 12 metros de largo, seis-siete metros de ancho y al menos seis metros de alto.
Las cisternas, que aún contenían algo de agua de lluvia, resultaron estar enlucidas por dentro y bien conservadas, con bóvedas de crucería incorporadas, un elemento constructivo habitual en la arquitectura romana y gótica que da una estructura curva a los techos.
“La revelación de las cisternas de agua de la época del Imperio Otomano es un paso más para mostrar los secretos del pasado de la Jerusalén histórica”, dijo el alcalde Moshe Lion en un comunicado. “La combinación de lo antiguo y lo nuevo, lo histórico y lo moderno, hace de Jerusalén una ciudad llena de apasionante encanto arquitectónico”.