ANUNCIAN MEJORAS PERO SIGUE EL FLAGELO
Por Antero Flores-Araoz
¡Qué difícil es entender a este Gobierno! Por un lado anuncian medidas para destrabar las inversiones, lo cual es indispensable, pero por otro lado siguen complicándole la vida al sufrido empresario y mucho más cuando también es empleador.
Como sabemos ahora las planillas son electrónicas, de rey a paje, no importa el tamaño ni capital de la empresa, menos aún el número de trabajadores que tenga. Todos los empleadores obligados a llevar la planilla electrónica con el sistema o procedimiento de declaración telemática (PDT).
Para la información telemática de planillas, deben anotarse datos absolutamente lógicos como nombre y RUC del empleador, nombre del trabajador, cargo, remuneración, descuentos por adelantos, datos de vacaciones, retenciones por la contribución pensionaria, y otros relevantes.
Pero adicionalmente a lo antes señalado le exigen al empleador que informe sobre el nivel o situación educativa del trabajador, así como las variaciones que puedan acontecer. Hay que informar si es estudiante universitario o de instituto superior, si pasó a ser egresado, si recibió título o grado académico, etc. etc.
Entendemos que el Estado requiera conocer el grado educativo de los trabajadores y las variaciones que puedan existir en el tiempo, pero obligar a las empresas a que le suministren tales datos es francamente absurdo, cuando el Estado tiene toda ésa información.
En efecto, en lo que se refiere a carreras universitarias, en la Asamblea Nacional de Rectores se registran todos los títulos y grados del universo de carreras universitarias, y el Ministerio de Trabajo puede acceder fácilmente a todo ello y hacer los cruces que requiera.
Lo mismo sucede en el Ministerio de Educación donde se registran los diplomas y demás certificados expedidos por los institutos superiores. ¿No puede acaso el Sector Trabajo pedirlo al Sector Educación? e igualmente hacer los cruces deseados. ¿Por qué importunar y cargar la mano al empresario – empleador, que bastante tiene que hacer y encima utilizar valioso tiempo para atender las cada vez más crecientes exigencias de la SUNAT?
Por favor Ministros, lean bien antes de firmar tantas insensatas normas que les llevan sus subordinados. Piensen primero si son razonables y como requintarían si Uds. tuvieran que procesarlas.
Hoy día, tratar de cumplir con tantas y tan absurdas disposiciones, bajo amenaza incluso de fuertes multas y otras sanciones, es un flagelo que no merece el sufrido administrado, que al fin de cuentas es quien con sus impuestos solventa la remuneración de los nuevos inquisidores burocráticos.
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