«EL NUEVO TURISMO IGUAL QUE EL VIEJO»
Porque compartimos los mismos argumentos e ideas, vamos a inserta textualmente este artículo de opinión, publicado en preferente.com escrito por Javier Mato, ya que el afán de movilización de las personas pareciera haberse incentivado con estos dos años de prohibiciones y cuarentenas por la pandemia de Covid, y es muy cierto todos pensábamos casi lo mismo, que pasaría mucho tiempo para que las personas recuperaran la confianza en los viajes, pero que va, hoy más que nunca la gente quiere viajar, pues se han convencido que la vida es hoy, ya que nunca se sabe que pasará, mañana…
“Durante los casi dos años que duró la pandemia de Covid, una lista interminable de expertos en turismo –pero sobre todo en política, que siempre terminan por mezclarlo todo – nos estuvieron vaticinando que ya nada sería igual una vez pasara la crisis. Anunciaban cualquier cosa, pero sobre todo la necesidad de cambio, que yo no voy a discutir. A partir de ello, preveían un nuevo tipo de turista, de hotel, de equilibrio de mercado, de producto (mucho más local), de transporte, etcétera.
Venían a decir lo que sí ocurrió en un parte muy pequeña con el comercio y en mucha mayor medida con el empleo e Internet: que cuando todo se normalizara, ya nada sería igual porque nos habríamos acostumbrado a lo que vivimos durante estos dos años y el regreso a la normalidad no sería tal. O, si prefieren, habría una normalidad diferente. Esto, digo, es visible en muchas grandes ciudades con el empleo, que tiene ahora una proporción de teletrabajo mucho más amplia, como comprueban los sistemas de transporte.
Pero en turismo, en Europa y Estados Unidos, donde las cosas ya funcionan normalmente, no se puede decir que haya habido cambios. Por simplificarlo: Magaluf sigue siendo un destino masivo, el sol y la playa también, el avión es el preferido y las masas de viajeros se siguen amontonando en los aeropuertos.
En cualquier destino turístico habitual hoy todo ha recuperado la normalidad, no siempre envidiable desde el punto de vista de la calidad de vida. Pero estamos atrapados en esta dinámica que, al menos, ofrece riqueza económica.
En algunos lugares, como Baleares, llevamos años hablando de un cambio de modelo. No es una idea en sí misma desdeñable, pero como no pasamos de las palabras, lo que tenemos hoy son las mismas hordas de viajeros, agrupados como siempre, buscando lo de siempre, pagando lo mismo, atendidos por mano de obra reclutada rápidamente, a veces incluso insuficiente porque la eclosión lo ha desbordado todo.
Estos días, un turoperador decía que si algún hotelero tiene una cama que finalmente no ha podido colocar, que por favor le llamen que él tiene viajeros. O sea, el mismo discurso de hace cinco, diez, quince y veinte años. La misma historia de siempre.
Yo pienso que es necesario trabajar con cuidado las transformaciones que requiere el turismo, pero que desde luego no tenemos al frente de nuestro sector a los responsables cualificados para hacerlo. La única obsesión es ganar elecciones. Para ellos, todo lo demás puede esperar.
Vean, si no, las estanterías de la secretaría de Turismo o de cualquier consejería, donde se amontonan los planes estratégicos con visiones de futuro que jamás se llegaron a aplicar. En algún caso, probablemente, ni siquiera se han leído. Y, por supuesto, jamás han sido asumidos por la oposición política.
Así que salgan a la calle y vean el “nuevo” turismo. Pero no se sorprendan si creen que están viendo el “viejo”. Es que se parecen tanto, que son el mismo. Nada ha cambiado.”
Agregamos sobre todo en países desarrollados, que si saben realizar verdaderas campañas de promoción turística, no tirar el dinero al vacío en lugares, que están muy lejos de Perú, o promocionando “sol y playa” en las Islas del caribe… Salvo error u omisión, NO SOMOS DUEÑOS DE LA VERDAD
Elena Tejera
Directora
Magister en Turismo y Comunicación