HONOR Y GLORIA A NUESTROS HÉROES
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Por Antero Flores-Araoz*
Cuando los israelíes recuerdan el Holocausto, en que millones de judíos fueron asesinados por los nazis en la primera mitad del siglo pasado, siempre hay voces que se alzan para señalar que no es necesario tal recuerdo pues es conveniente restañar heridas y no revolver la memoria de los descendientes de quienes murieron en campos de exterminio y concentración, incluso en cámaras de gas.
La respuesta de los afectados es clara: hay que recordar para no olvidar, lo que nos viene a la mente al haberse conmemorado el 26 aniversario de la recuperación de la residencia del embajador del Japón, en que los comandos Chavín de Huántar de nuestras Fuerzas Armadas lograron la liberación de 71 de los 72 rehenes mantenidos en cautiverio en tal embajada por miembros del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) durante 126 días, habiendo fallecido en la operación uno de los rehenes, el juez supremo Carlos Giusti y los heroicos comandos Juan Valer Sandoval y Raúl Jiménez Chávez.
La operación militar denominada “Chavín de Huántar” fue jefaturada por el General José Williams Zapata, hoy presidente del Congreso de la República, quien dirigió la tarea de rescate realizada por 142 comandos para lo cual se construyó secretamente un túnel para acceder a la residencia del embajador, en que tuvieron singular empeño trabajadores mineros del interior del país.
Si bien recordamos el empeño de quienes hicieron una réplica de la residencia diplomática mencionada, a fin de realizar entrenamientos para la operación, es muy destacable las tareas de inteligencia además de las coordinaciones con el Almirante Luis Giampietri Rojas y el entonces canciller Francisco Tudela, quienes estaban entre los rehenes.
La tarea de Domingo Palermo, en ése entonces ministro de Estado, al igual que la del obispo Juan Luis Cipriani, para dialogar con los secuestradores, fue de singular importancia pues permitió la liberación de rehenes en mal estado de salud, así como la ayuda médica y alimenticia al resto de los cautivos, pero como se dice “hay que darle a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”, en este caso hay que reconocer la actuación del presidente de aquel entonces Alberto Fujimori, quien lejos de doblegarse, ordenó la liberación de los rehenes con la famosísima acción militar de los comandos “Chavín de Huántar”.
Es también destacable la actitud del Congreso de la República, presidido en esos angustiosos momentos por Víctor Joy Way, que supo no interferir con el manejo gubernamental de la crisis. Empero, como usualmente sucede, también hubo nubarrones como la noticia de la edificación del túnel hecha pública por un diario que ha hecho mucho mal a la República
Muchos de nuestros jóvenes, que hoy son ciudadanos, ni siquiera habían nacido cuando se produjo el atentado terrorista, el secuestro de los invitados a la residencia del embajador japonés y su liberación, pero es importantísimo recordarlo permanentemente para que se sepa la impronta criminal de los terroristas y la capacidad de enfrentarlos por nuestras Fuerzas Armadas.
Actores de los sucesos de aquellos días han escrito sobre ello, como el cardenal Juan Luis Cipriani, el almirante Luis Giampietri, Samuel Matusda, Juan Julio Wicht, Nicolas Hermoza y Jorge San Román. Sus libros fueron exhibidos en el proceso seguido ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que terminó con el calvario judicial al que estuvieron sometidos injustamente los comandos Chavín de Huántar durante más de 17 años.
El Sector Educación y la prensa, tienen la enorme responsabilidad de divulgar la operación Chavín de Huántar, para no bajar la guardia ante el terrorismo y estemos permanentemente preparados para enfrentarlo y vencerlo.
*Prestigioso Abogado y político peruano. Ex ministro del interior, Ex Senador, Ex congresista, fundador del partido político ORDEN