LAS SEÑAS DE IDENTIDAD Y EL DESARROLLO TURÍSTICO
“Lo que no se conoce, no se quiere”
Leonardo de Vinci.
Trabajando sobre la creación de un modelo turístico dentro del desarrollo armónico de un país, obligatoriamente tenemos que ir hacía los aspectos diferenciales que nos van a servir para afianzar nuestra propuesta, con las mayores garantías de éxito.
Aquí no entran de lleno los estudios de mercados. Lo fundamental es llevar nuestra investigación hacia donde nos muestre los valores naturales e históricos en los cuales vamos a basar nuestras conclusiones y los programas a desarrollar.
Todo con un valor conceptual donde la presencia humana juega su principal papel, sin ninguna clase de dudas, pues como bien señalamos en nuestra introducción, “lo que no se conoce, no se quiere”. La formación profesional es por tanto inexcusable, y en eso llevamos una invalorable ventaja los que hemos dedicado la vida a la enseñanza de la gestión turística. Más todavía los que hemos tenido la suerte de ilustrarnos viajando por medio mundo, y en cientos de aulas con escogidos graduados en turismo de casi todo el mundo, en decenas de casos bajo el manto del Consejo de Educación de la Organización Mundial del Turismo, o de la Universidad para la Paz, organismo de las Naciones Unidas.
Son incontables millones de horas las que hemos dedicado ante miles de alumnos, a profundizar sobre este tema. El valor de las señas de identidad, su acendrado conocimiento y su valoración natural, es una obligación inexcusable para poder llegar a querer lo que tenemos, apreciarlo en su justo valor, y saber ofertarlo y explicarlo adecuadamente para infundir en nuestros interlocutores el conocimiento necesario para que sea un perenne grato recuerdo de cuanto le hemos comunicado.
Estamos ahora sumidos a fondo en el análisis y la programación de una zona mundial donde tenemos unas condiciones naturales e históricas de excepción. Desde las inmensas llanuras de los desiertos de doradas arenas, hasta un imponente litoral de extraordinarias playas, todo está comprendido en una región de este país donde las huellas de su historia parecen estar en toda su superficie, donde, para que no falte nada, existen hasta unas catacumbas complementarias que nos llevan a concretar todo lo necesario para establecer la necesidad de una planificación internacional bajo la perspectiva de unos conocimientos que escapan de los elementos nacionales, y que nos llevan a nosotros, gracias a nuestra formación profesional, a pensar en el “Loro Parque América”, o el gran parque temático “Pueblos del Mundo”.
Sueños dorados para exponer e ilustrar una docencia necesaria en esta aludida región, con la excelsa utilidad de formar debidamente a un personal que tiene la necesidad de conocer sus valores históricos y naturales, así como todos los mundiales, con el fin de poder establecer las comparaciones necesarias dentro de un alto nivel cultura con todo un escenario operativo impuesto de la señal: “lo que no se conoce no se quiere.”
Antonio-Pedro Tejera Reyes,