LA VENTANA DE LOS LOCOS

Por. Orlando José Icaza Gallard
Vincent Van Gogh y su monumental obra The Starry Night ampliamente considerada una de las mejores y más famosas pinturas de la historia occidental, fue inspirada por una ventana. Y, no fue que Van Gogh se sentara a ver las estrellas a través de ella cuando elaboraba su majestuosa obra; no, simplemente sucedió que, en aquel encierro, una cárcel para él, Vicent miraba las estrellas y, en ellas, la ilusión de un infinito que le llegaba a él pasando por ese hueco, espacio por donde se escapaba todo su ser. Admiraba en esa mínima abertura la belleza que engendraba en su mente, lo apreciaba, lo llenaba de esperanzas, de gratitud, en medio de aquel sufrimiento que le causaba su enfermedad y a todos aquellos que le intentaban sanar. Así se lo expresó en varias de sus cartas a su hermano Theo.
Por esto, cuando salió de ese infierno, respiró profundo y pudo plasmar aquel recuerdo de un cielo estrellado que se filtraba en su corazón y que le daba vida y fuerzas para seguir en este mundo, tan fuerte, que creó una de las maravillas más hermosas de la pintura ecuménica. En esa obra, no dudo que sintió la eternidad y esa vaga sensación de que ya no necesitaba estar más en este mundo al volar al infinito estrellado del universo.
Por otro lado, en un rincón olvidado de una ciudad colonial, en el país más bello de Centro América, Nicaragua, con sus majestuosos lagos y volcanes, otro grande, ahora no de la pintura, pero sí de las letras, sufre la misma angustia de ser encerrado en una prisión, dicen por su locura. Y, curiosamente, aunque en las magnificencias de Dios no existen ni curiosidades ni casualidades, es ese mismo espacio de Van Gogh, esa ventana, la que igualmente, le da esperanzas, lo hace vivir y lo hace crear una de las obras metafísicas y poéticas más bellas de la literatura hispano americana. ¡Detalle! Hablo de Alfonso Cortés Bendaña ese insigne monumento humano con su barba y vestido blancos de León Santiago de los Caballeros. Es ese poema titulado, luego por José Coronel Urtrecho “Ventana” el que magistralmente habla, grita, llora y canta– igual al cuadro de Van Gogh: The Starry Night.
Alfonso a finales del s XIX y Vincent en la mitad de ese mismo siglo, se unen a pesar de la distancia, el tiempo y la lengua, en uno mismo, en un solo ser, ambos en su enfermedad, ambos en su encierro y sufrimiento, en su arte; ambos apreciando la belleza del universo y de los campos, todo, todo, como un todo perfecto, a través de un minúsculo espacio que es infinito, ambos en la grandiosidad de sentirse libres, porque es en esa ventana que sus espíritus y sus mentes pueden escaparse sin preocuparse de sus cuerpos, para poder respirar y soñar, para liberarse y de esta simple, pero profunda manera, poder apreciar la grandiosidad de la creación divina y unirse a ella en su ingenio: La Pintura y la Poesía.
“Un trozo azul tiene mayor intensidad que todo el cielo –Starry, starry night. Yo siento que allí vive, a flor del éxtasis feliz, mi anhelo –Starry, starry night. Un viento de espíritus pasa muy lejos, desde mi ventana –Starry, starry nigth. Dando un aire en que despedaza su carne una angélica diana –Starry starry nigth”.
Van Gogh y Cortés dos egregios de nuestra civilización, se abrazan a todos aquellos que prisioneros en sus mentes y/o en sus espíritus, encuentran una ventana para volar a través de ella al infinito y sentirse libres.