PARTIDOS Y EXCESOS REGULATORIOS
Por Antero Flores-Araoz*
De la inexistencia de legislación sobre las agrupaciones políticas hemos pasado al exceso regulatorio, y lamentablemente nos equivocamos al normar sobre las organizaciones políticas, sea de nivel local, regional y nacional, estableciendo sobre todo para las últimas exagerados requisitos.
Lo que es más preocupante es que ahora, quienes nunca han militado en partido político pretendan ampliar sus regulaciones, con más requisitos, formalismos y trámites. Quieren regular a los partidos como si se tratara de sociedades anónimas, sin considerar que no son sociedades sino asociaciones sui generis de objetivos políticos.
Quienes pertenecen a una agrupación política pueden entrar o salir de ella voluntariamente, y su participación es para mejorar su localidad, región o el país entero, así como para concurrir a la formación y manifestación popular, como lo determina la Constitución.
La vigente normatividad partidaria, es para siglos pasados, cuando las comunicaciones no habían alcanzado el nivel que hoy tienen. Tal normatividad está llevada al obsoleto asambleísmo, cuando hoy por la existencia de Internet puede haber reuniones no presenciales; las convocatorias y citaciones pueden realizarse electrónicamente al igual que las votaciones; y las discusiones y debates pueden hacerse por correo electrónico cuando no por los mecanismos de las redes sociales.
Hoy en día las agrupaciones políticas tienen que generar corrientes de opinión, y en ésa actividad cívica-política compiten con organizaciones no gubernamentales y también la prensa. La diferencia es que para los partidos hay profusión de reglas, mientras que para las otras nada.
Pocos entienden que los militantes y simpatizantes son importantes, y que para que ambos expresen sus opiniones y exista diversidad de corrientes o vertientes en una misma agrupación política, no es necesario tener infinidad de locales partidarios, pues como hemos visto tanto debates como informaciones y comunicaciones pueden realizarse sin asistencia presencial.
Cuando existen campañas y euforia electoral, se realizan reuniones partidarias de activismo, pero esto no es permanente. Hay etapas de gran actividad y hay otras de moderada presencia de la militancia. Pretender que todos los comités partidarios funcionen como si fueran escuela es irreal, y esto tiene que recordarse cuando se hagan modificaciones a la legislación partidaria y electoral.
Es cierto que la democracia cuesta, pero disentimos de quienes desean obligar al Estado a solventar a los Partidos Políticos. Si sobra, pues en buena hora, pero cuando tenemos prestación de servicios de salud deficientes, escuelas que se caen a pedazos, alumnos que estudian en situación precaria, y déficit de infraestructura de todo tipo, no podemos darnos el lujo de mantener con el presupuesto nacional a los Partidos.
Como verá el apreciado lector, tenemos que poner un poco de realismo a este asunto, para no caer nuevamente en demasía regulatoria.
* Reconocido jurista y político peruano Fundador del partido ORDEN
Ha sido Diputado, Constituyente y Congresista de la República del Perú, siempre de la mano del Partido Popular Cristiano. En el 2004, fue electo como Presidente del Congreso entre otros importantes cargos diplomáticos.
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